Esta aventura inició el pasado 8 de mayo a las 21:15, eso significó dos días antes de lo que tenían planeado los andinistas. Sin embargo, en declaraciones a Desnivel, los deportistas confesaron que fue una buena decisión, pues lograron sortear –en parte- los fuertes vientos. En un inicio habían pensado en salir el día 11, para ir por detrás de las expediciones comerciales y guiarse por las huellas y pisadas dejadas por estos escaladores.
Egloff aseguró que su avance fue rápido hasta el campo 3, ahí el viento empezó a soplar con fuerza a lo que se sumó la nieve floja que volaba por el aire. Pero, ‘a veces tenemos un ángel y, mientras subíamos el corredor francés, se despejó y nos dejó disfrutar totalmente solos la cumbre del Makalu en un día espectacular’, detalló el famoso ultrarunner.
Una vez coronado el Makalu, vino lo inevitable: el descenso, que lo hicieron en condiciones límite. Una opción habría sido suministrarse dexametasona y bajar sin problemas, mas, la decisión fue hacerlo limpios, sin ninguna ayuda que no fuera su increíble capacidad pulmonar. Incluso en el campo 2 se detuvieron para tomar una sopa. Finalmente, retornaron al campo base en 25 horas y 48 minutos, cansados, extremadamente felices y, sobre todo, con todos los dedos de manos y pies intactos.
En total fue un recorrido de nada más y nada menos que 25 kilómetros de distancia, a una altura en donde respirar se torna súper complicado. ‘Con casi tres mil metros positivos desde el campamento base superior que está a 5.700 metros, eso fue sin duda lo más duro, y el descenso, donde el cuerpo está agotado, te duele todo el cuerpo, que está luchando con el estómago’, detalló Karl.
La proeza realizada por los ecuatorianos ha significado la consecución de años de preparación. Tanto Egloff como Miranda son reconocidos guías de montaña. El primero es especialista en velocidad, por su práctica del skyrunning y speedclimbing. Mientras que su compañero goza de una adaptación muy rápida a la altura.
Solo en este año Egloff ha logrado récords de velocidad en el Cotopaxi, con 1 hora 27 minutos y 33 segundos y en el Cayambe, con 2 horas, 4 minutos y 51 segundos. Otros éxitos alcanzados en rapidez de ascenso y descenso fueron el Kilimanjaro (Tanzania), Elbrus (Rusia), Denali (Alaska) y Aconcagua (Argentina). Ahora, tienen la mira puesta en la montaña más alta del mundo. Aseguraron que el próximo año intentarán romper el récord de escalada en los 8.849 m, que posee el Everest.
Fuente: https://www.desnivel.com/