“Nunca pensé en ponerme un negocio y menos en plena pandemia”, explicó emocionada Alana Mantilla, fundadora de galletas Charlie´s.
Esta galletería nació de la felicidad y el gusto de comer galletas. El esposo de Alana siempre tuvo su propio trabajo y una gran pasión por la cocina y Alana se dedicaba a sus tres hijos todo el día, pero como a muchos, la cuarentena les abrió el apetito de comerse el mundo y unos cuantos dulces.
En junio del 2020, luego de hacer estudios de mercado y números para generar una ganancia, la pareja inició este emprendimiento familiar. “No voy a mentir, pero al principio, con los niños y el bebé, fue complicado y cansado empezar con este negocio, además de que siempre nos pedían galletas”, dijo entre risas Alana Mantilla. “Cuando mis bebés dormían, horneábamos las galletas hasta más de la media noche y así fue durante cuatro meses”, añadió.
Esto no lo hizo sola, ya que su madre estuvo viviendo con ellos por la pandemia y apoyaba cada vez que podía con el cuidado de los niños. “Como madre, yo quería dar un buen ejemplo a mis hijos sobre el esfuerzo, trabajo y valor. No quería descuidarlos, pero también necesitaba estar ocupada y no olvidarme de mí misma”, agregó.
En ocasiones las madres se sienten culpables por no dar el 100% a sus hijos, estar mucho tiempo fuera de casa o concentradas en otras tareas, pero al final del día “la motivación de estar ocupada en algo que te apasiona te llena y te fortalece como mamá”, señaló Mantilla.
Como todo emprendimiento, Charlie ‘s empezó como un sueño que pronto tuvo los pies sobre la tierra y así tener un buen producto y una clientela constante. El negocio creció, aumentó sus ventas y de a poco fueron contratando nuevo personal. Ahora cuentan con una isla en el Quicentro Shopping y esperan abrir otra en febrero del 2022. Su primera isla abrió en Quito, ya que su planta de producción está en Cumbayá y prácticamente es un punto de venta donde el cliente tiene la posibilidad de retirar sus galletas con nueve diferentes variedades.
“Uno puede soñar y tener un buen producto, pero si los números no dan hay que ser realistas con metas accesibles”, explicó Mantilla. “A veces nos ponemos limitantes como mujeres o mamás y creemos que no es el momento para emprender, pero simplemente hay que echarle ganas, porque al final es lindo ver como esos sueños se cumplen”, concluyó.