Investigación por: Walter V. Rojas
Hace mucho tiempo existió una fuerte polémica entre los vecinos de Cumbayá y las autoridades de los planteles educativos, quienes afirmaban que la educación en las escuelas del sector no llegaba a considerarse como centenarias. Mientras las autoridades refutaban, los centros del saber se encontraban a vísperas de cumplir 100 años.
El largo peregrinaje que tuvo que pasar la Escuela Carlos Aguilar para llegar a ser lo que es hoy empezó el 25 de junio de 1880 cuando se menciona por primera vez, en el informe del Ministerio de Instrucción Pública, la existencia de una escuela en Cumbayá a la cual asistían solo 25 niños -seis a doce años-, pero no contaba con ayuda de la Municipalidad.
En el año escolar 1883-1884, se logró mantener la escuela de niños con una renta anual de 144 sucres. Un año después, los problemas económicos, políticos e ideológicos provocaron incesantes conspiraciones de los enemigos del orden, pero mientras duró la crisis del tesoro público, la dirección de las escuelas de pequeñas poblaciones -incluida la única escuela de Cumbayá- se entregó a la dirección del Cura Párroco.
Años después, los datos recogidos en el Informe del Ministerio de Negocios Eclesiásticos, Instrucción Pública, Justicia, Beneficencia, Caridad y Estadística enviado al Congreso Constitucional 1892, señaló que el presupuesto asignado fue para que funcione por primera vez la escuela de niñas en Cumbayá en 1891.
Las leyes obligan a estudiar
Según el artículo 78 de la Ley Orgánica de la Materia de 1910, se ordenó a los tenientes políticos la inscripción obligatoria de todos los niños de las respectivas parroquias que sean mayores de cinco años y menores de doce. En la misma ley se atribuyó a los directores de estudios el deber de dar a dichos tenientes los libros necesarios para las enunciadas inscripciones.
Un año después se emitió un Registro Oficial para crear un Consejo Provincial de higiene escolar. Este se encargó de vigilar la higiene personal de los alumnos de establecimientos de enseñanza primaria y los locales destinados para escuelas.
Varios exalumnos de la escuela de niños de Cumbayá comentan que, en las décadas de 1920 y 1930, la escuela tuvo un largo peregrinaje arrendando inmuebles. Durante esos años, la escuela de varones funcionó en la casa de don Joaquín Salazar, eso significó que, a cincuenta años de su labor, seguía sin un espacio propio. Además, la jornada estudiantil, en esa época, fue matutina y vespertina, lo que facilitó que el niño de Cumbayá pase ocupado la mayoría del tiempo.
La escuela ya tiene su propio espacio
En 1940 germinaron los deseos de la comunidad por tener un espacio propio para la educación de los sectores populares en Cumbayá. Durante este proceso, la escuela de varones de Cumbayá pasó a llamarse “Carlos Aguilar” en honor al ilustre poeta, periodista y doctor.
Magdalena Luna de 71 años, nacida en la parroquia de Cumbayá, expresó que “el terreno en donde actualmente funciona la escuela ´Carlos Aguilar´ fue de sus antepasados”. Según el informe a la nación sobre donaciones de terrenos para construcciones escolares en 1944-1946, consta la donación de un terreno hecho por los padres de familia en favor de la escuela de niños en Cumbayá.
Tiempo después se construyó la infraestructura de la escuela, la cual está constituida por un diseño de casa de hacienda de mediados del siglo XX. La propiedad, en sus inicios, tenía una fachada de teja cubierta con molduras, cimientos de piedra, piso de tierra, paredes de ladrillo, portones, ventanas de madera y un zócalo de piedra. En la actualidad, la cubierta se cambió por asbesto. Además, la infraestructura está registrada como bien patrimonial por el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP).
En los años ochenta, la escuela Carlos Aguilar prestó sus instalaciones al Colegio Nacional Cumbayá para que este funcione en las tardes. En la segunda mitad de la década del noventa, la escuela pasa a ser considera como mixta, por tanto, entraron las niñas al centro del saber. Ya en el nuevo milenio hubo esfuerzos de padres de familia y profesores para avanzar con la infraestructura de la escuela conforme a los cánones de los diferentes gobiernos para adaptarse a las nuevas disposiciones de educación.
Hoy en día, la jornada es vespertina, lo cual denota que la escuela también es colegio. Pero ¿dónde se encuentra ubicada la escuelita Carlos Aguilar de la que tanto se habló? El establecimiento está ubicado en el parque central de la parroquia de Cumbayá que pertenece al cantón Quito, provincia de Pichincha, Ecuador.